Rayos y Centellas

Por Roberto Gutiérrez/El Rayo/Foto Redes

 

*Las “guerras” innecesarias del gobierno estatal

*Medios tradicionales no garantiza la opinión

 

 

Conforme se observa el día a día, el funcionamiento de la administración estatal, surgen diversas teorías, sobre el destino que tendrá un gobierno, que tuvo el mérito de prácticamente “correr” a puntapiés a una élite gobernante, conformada por el PRI y el PAN, que se habían apoderado del estado en los últimos 30 años y que como algunos ellos mismos predijeron, sería por varios sexenios, lo que llevó a la entidad a un retraso funcional, en comparación con estados vecinos, en democracia, transparencia, política social, así como en desarrollo económico y en los rubros tradicionales de salud, educación, infraestructura, etcétera. Junto van los “logros” de la alternancia que el PAN, 2003-2009, que han querido presumir en SLP y no ha sido cierto, ya que como en los tiempos dorados del PRI, floreció la corrupción y se privilegiaron proyectos ligados a intereses federales, como la presa El Realito, que endeudó al Estado y los ciudadanos padecen aun sus consecuencias, pues no solo no resolvió el problema, sino que vino a agravarlos, por citar solo un caso.

Ante ese fracaso de la alternancia, “porque todos son iguales”, decía la gente, regresó el PRI a gobernar a los potosinos y así nos fue. Seguimos padeciendo los mismos problemas ancestrales de marginación, en zonas que por décadas lo han estado, como el Altiplano, la Zona Media y la Huasteca, donde ningún proyecto frutícola, ganadero o productivo de transcendencia que saque del atraso a miles de personas, ha sido exitoso, pese a ser la Huasteca por ejemplo, un paraíso natural para cosecharlos. Las políticas de apoyo al campo durante los últimos 30 años, han sido un fracaso y como se ve, así seguirán, muchas ciudades del interior son ahora centros urbanos, con otro tipo de ingresos, donde la agricultura y la ganadería pasaron a mejor vida, pese a ser tierras donde si se avienta un hollejo de frijol, nace una planta que puede alimentar a cien personas. ¿A quien culpar? Que modificar, ¿qué hacer entonces? ¿A la herencia maldita? No es suficiente decirlo, se debió actuar. Hoy la fuerza productiva de los campesinos está en gran parte en los campos agrícolas de los Estados Unidos y las generaciones que están en ciernes, en vez de ser formados para crear unidades de producción que si pueden generar riqueza, se les educa para ser empleados y el sistema educativo nacional, no solo lo permite, sino que lo alienta. ¿Pues cual futuro, tecnológico, o de investigación, o científico, con ese sistema?

El problema de los políticos del PRI y PAN que mucho tiempo gobernaron al país y al Estado, tienen un fundamento, la inmediatez, pero también “el ahí se va” y desde luego la idea de que “roba todo lo que puedas, que mientras investigan, ya no estaremos aquí”. Esa consigna permeó muchas administraciones de gobierno y municipales, lo que permitió a alcaldes y gobernadores pésimos para administrar y grises para gobernar, como el peor de los funcionarios públicos, mantenerse en sus cargos y lo peor salir impunemente al terminar su gestión sin que se les aplicara la ley.

Es difícil predecir lo que le deparará el futuro al actual gobierno de San Luis Potosí, porque una cosa es cierta, el tiempo pasa, pero las “guerras” que se le conocen, son innecesarias o al menos eso parecen. O dígame usted, ¿que beneficios puede traer para un gobierno que “controla” el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Judicial? Que dispone del presupuesto anual del Estado por casi 55 mil millones de pesos, sostener “batallas” por un proyecto de arreglo de calles”, por el despido de burócratas de la administración estatal, por el control político de los alcaldes de los municipios o por tratar de evitar las criticas de la prensa no controlada? No acaso en el mundo moderno el acto político se ejerce a través del convencimiento y no de la fuerza?

El control político puede ser por medio del amor o del miedo decían los griegos y en los dos casos hay una reacción, máxima que con el tiempo se refuerza en algunos casos, pero en otros no, pues depende de que y a quien se quiera controlar, para el filósofo esloveno Slavoj Zizek, la gente está drogada o dormida y hay que despertarla, pero también se debe considerar que hay una sociedad informada con redes que se han vuelto una caja de resonancia, para todo.

 

Urge replantear relación con medios

 

Los medios escritos están casi destruidos o con un nivel de credibilidad muy bajo a donde los llevó el cuestionamiento público propiciado en algunos casos por una corriente mundial y el uso de la tecnología digital. En otros, por la Cuarta Transformación, por lo que cederles la orientación de la opinión pública no solo es ocioso, sino se tira el dinero del erario, pues solo son transcriptores del discurso, del poder económico y del político, que a su vez está sumamente desgastado, por las mismas redes. Ese control de los medios tradicionales que cuesta un dineral al Estado, debe replantearse, pues finalmente es dinero público que tarde o temprano, será cuestionado o auditado; las altas sumas de fondos destinados a esos medios va a la basura, pues ya no garantizan el control político, ni lo que se dice en la “Plaza Pública”, representadas por las redes sociales y si por el contrario lo destruyen. Los “genios” de la propaganda oficial, deberían saber que sí hay nuevas formas de comunicar. Sí hay nuevas formas de difundir. Sí hay nuevos modelos de comunicación política, que si no se usan es porque ellos como responsables, no pueden entender que haya tantas personas inconformes con lo que se dice, con lo que se hace y con lo que pasa y, lo peor, con los que piensan distinto a ellos.

En México y en el mundo se vive una revolución digital, y redes como Facebook, orientaron sus algoritmos para ver noticias, por lo que los medios tradicionales se quedaron atrás y por cuestiones en algunos casos de corporativismo no avanzan, lo que permitido el florecimiento de nuevos sistemas de noticias, por lo que mantener en esa dirección el recurso público de la publicidad oficial, es enviarlo al cesto de la basura.