Roberto Gutiérrez/El Rayo/fotos
*Hoyancos, ejes intransitables y peligrosos, cruces del ferrocarril que son un para automovilistas y nadie lo resuelve
Diariamente miles de vehículos que deben transitar por las diferentes empresas de la zona industrial, padecen del deterioro y de calles y avenidas, incluida la carretera 57, las calles paralelas, donde transitar por la mayoría de los ejes que la comunican representan un suplició para empleados y trabajadores que ninguna autoridad atiende.
Pese a ser un problema de años las calles de la Zona Industrial se encuentran en pésimas condiciones, con hoyancos, verdaderas lagunas, zanjas abiertas, encharcamientos etcétera, así como cruces de ferrocarril sin vigilancia, que provocan constantes accidentes, lo que representa un riesgo permanente para la seguridad de miles de trabajadores.
Nadie atiende el problema
¿Quién atiende el problema? Nadie, recientemente el gobernador inicio los trabajos de mejoramiento de una calle solamente, la que está sin terminar, como muchas otras administraciones gubernamentales, que entran y salen y solo hacen promesas, dejando a su suerte a la planta productiva de esa importante zona donde laboran más de cien mil trabajadores.
Aunado a eso, los miles de vehículos deben sortear diariamente hoyancos, baches, encharcamientos, semáforos descompuestos y falta de infraestructura vial, simplemente porque a nadie le interesa ese sector, pues finalmente quienes transitan por ahí, “son solo trabajadores”, el peldaño de la producción, que no dice nada, que no reclama y que tampoco hay autoridad que los escuche.
Ejes como el 134, el 128, el132, las laterales de la carretera 57, hasta la entrada de La Pila, son un verdadero suplicio para transitar y como se observan las cosas el problema seguirá igual, pues a la ciudad, le interesa “porque no le toca”, ni al estado, mucho menos porque le “toca a la capital”. Mientras tanto miles de obreros, trabajadores y empleados sufren diariamente por la pésima infraestructura vial de la zona.
Hay inconformidad social
Todo esto ha generado una inconformidad social, causada por los largos recorridos para llegar a sus centros de trabajo, lo destrozado de las calles, la falta de seguridad y la apatía de autoridades, gobierno y sindicatos, que han hecho oídos sordos a un problema de años, para el que nadie tiene solución.
Esto pese a que la Zona Industrial es de acuerdo a estadísticas la segunda más importante de México.
Paralelo a este problema, esta la saturación de la carretera 57, que incluso a nivel nacional ha sido denunciada, por la falta de políticas públicas para resolver su saturación, lo que no se atiende porque “a las autoridades locales no les toca” y es un problema federal.
El crecimiento económico que ha tenido esa zona, que ya abarca a municipios cercanos como Santa María del Río, Villa de Reyes y las Delegaciones de Villa de Pozos y la Pila, en algún momento van a desalentar su crecimiento por la falta de vialidades óptimas, seguras y transitables, que permitan una movilidad que garantice una convivencia social armónica.
Vivienda cara
Trasladarse a cualquiera de esos sitios que han tenido un crecimiento poblacional inusitado, es tardado, inseguro y riesgoso, pero además fallaron como centros de población para albergar a los trabajadores de la Zona Industrial, ya que la vivienda construida supera en mucho los salarios de los trabajadores, lo que ya tiene un costo en la producción, pues cada vez hay que ir más lejos por los trabajadores que muevan la producción, incluso a municipios cercanos.
La Zona Industrial es un desastre en vialidades, en infraestructura, en seguridad y lo peor en movilidad lo que traerá consecuencias en un futuro, por la falta de inversión gubernamental y de atención también de las autoridades federales, que han dejado a su suerte a carreteras como la 57, considerada la columna vertebral del país.
El movimiento ferroviario que confluye en el Eje 140, es causante de múltiples accidentes de todo tipo. No hay quien vigile, el ayuntamiento de la capital dice que no le toca y el estado, hace oídos sordos, para construir un puente que es sumamente necesario en ese punto.
El tránsito diario de decenas de unidades del transporte urbano y de personal que cruzan por ahí, es un peligro latente que solo se atenderá cuando ocurra un accidente de grandes dimensiones, hasta en tanto a nadie le interesa.
Villa de Pozos está ahorcado en su vialidad y la zona que se consideraba como opción de amortiguamiento de la industria de la capital, ya fue superada por su movimiento económico, con problemas de vialidad, calles en mal estado, falta de agua, inseguridad, etcétera.
La situación se agrava
La situación se agrava. Diariamente hay filas interminables de vehículos “atascados” en congestionamientos, o bien larguísimas filas de unidades de todo tipo varadas en la carretera 57, o bien accidente de todo tipo causados por una saturación a tope de la zona y mientras las autoridades de los tres niveles de gobierno, cierran los ojos y hacen como que no los ven, mientras crece día a día, la inconformidad social, por un problema que requiere urgente atención y que se ha dejado a la deriva.