Por: Roberto Gutierrez Turrubiartes
*Panistas” se apropiaron de un terreno de 400 metros de mi casa ubicada en la plaza principal y ahí las construyeron, denunció
El terreno donde se asientan las oficinas de la Delegación de Villa de Pozos, me lo “robaron”, me las heredó mi abuelo. Para hacerlo explotaron unos taques de gas a balazos y quemaron la casa donde vivíamos, a un lado de donde están en este momento esas oficinas del Ayuntamiento de la Capital donde despacha el actual delegado en pleno jardín principal.
Ahí murió mi papá por la explosión y un joven que se metió a salvar a mis hijos del incendio. Hoy esa tragedia sigue y no me dejan ni paga el predial, para quedarse con todo el terreno. “Ya hasta desaparecieron mis papeles, denuncia con los ojos llorosos”, pero sin derramar ni una sola lágrima , -pues ya ha llorado mucho-, dice don Marcelino Zavala Maldonado.
Así narra Don Max cómo le dicen los lugareños, que pasan frente a su negocio y lo saludan, el dolor de esa tragedia ocurrida un 25 de diciembre de 1979, en plena Navidad, que lo hace entristecer cómo aquel día y solo muerde sus labios en señal de importancia.
Como si fuera una película de la época porfiriana en la que florecían las injusticias de los poderosos contra los débiles, Max, un señor de 80 años, sentado en una vieja silla, en ese mismo lugar donde quemaron su casa y solo acompañado por dos perros, que dice -recoge de la calle porque tienen hambre-, narra el suplicio que ha tenido que pasar desde hace muchos años, de gobiernos “panistas” que mandaban en la Delegación, los que se apropiaron de la mitad de su casa, ubicada frente a la iglesia de San Francisco.
Me avisaron de la explosión
Max recuerda cuando ocurrió la explosión que acabó con su vivienda “En ese tiempo yo trabajaba en la Zona Industrial y me fueron avisar, que mi casa estaba ardiendo”, “llegué como pude y ví la quemazón y las bardas caídas”. Mis hijos estaban heridos y mi madre también. Mi papá estaba muerto en la entrada de la casa, recuerda con los ojos llorosos, don Marcelino quien ahora vende monedas antiguas y chácharas a las puertas de lo que quedó de su antigua casa, en la plaza principal de Villa de Pozos.
Por el estruendo, llegaron en esa ocasión peritos del Ejército, quienes le dijeron que la explosión se debió a disparos de arma de fueron a los tanques de gas, “los balazos venían de la casa contigua, donde estaban primeramente las oficinas de la Delegación,
“Desde antes yo le había pedido al hijo del delegado que no disparará, que nos podía matar a todos, pero el muchacho nunca hizo caso”. “Lo que querían era que nos saliéramos de nuestra casa”.
Acepta que hubo otra versión de la explosión, de que había sido pólvora, la causa, lo que asegura difundieron los “panistas” entre la población.
En entrevista con El Rayo, el primer periódico de Villa de Pozos, Don Marcelino nos muestra una foto en blanco y negro, antigua donde se observa cómo era en ese tiempo la casa de sus abuelos donde el vivía. En primer plano aparece su abuela y algunos niños. Ubicada en el lado sur de la plaza principal de Villa de Pozos, justo a un lado de las oficinas de la actual Delegación, ocupada ahora por las oficinas administrativas del municipio, incluida la que ocupa el actual titular Gerardo Ávila Rodríguez entre otros funcionarios del Ayuntamiento.
El PAN gobernó mucho tiempo
En ese entonces el delegado en Villa de Pozos era del PAN dice Don Marcelino, “los panistas estuvieron varios años en la Delegación y en su avaricia se adueñaron de mi terreno y querían la casa, por eso quemaron todo” A mi me querían matar, pero al que asesinaron a mi papá” luego de que quedó todo destruido, incluso el entonces delegado. hizo un boquete a la casa para apropiarse de todo.
“Denuncie en la entonces Procuraduría de Justicia, lo que pasó, pero desgraciadamente, eso se alargo y yo estaba en la ruina y no tenia para pagar abogados ni nada y como no tenía donde vivir, en la Delegación se comprometieron a pagar la renta de una casa, lo que nunca hicieron”.
Eso si de los juzgados me fueron a notificar que yo tenía la propiedad y era dueño, ahora siguen las injusticias y la Delegación me tiene bloqueado el predial, por lo que no pueda pagar y me acusan de que el terreno está abandonada y “como no va a estar sin construir, si ellos me derrumbaron todo” Un Juez dio fe de todo lo que destruyeron y también cuento don documentos donde ellos se comprometieron a pagar unas fianzas, pero nunca cumplieron.
“Yo de plano no quería vivir aquí porque me dolía hasta el alma, por lo que nos hicieron y me iba a convertir en asesino, Mis hijos me dijeron vete de esa casa papá, pero yo sigo aquí vendiendo lo que puedo para sostenerme y seguir luchando en contra de esa injusticia que se cometió en contra de mi familia y la muerte de mi padre”.
SOLO HAY RUINAS
Don Marcelino nos invita a pasar a la parte posterior de la casa, donde pese a los años transcurridos solo hay ruinas, la fachada que ya fue pintada y revocada, contrasta con la desolación que hay en el interior, mudo testigo de ese abuso de poder, que hoy a pesar de los años que han pasado, esa injusticia debe ser pagada para demostrar que aun cuando pasen los años, debe prevalecer la ley.
“Me interesa que todo se sepa, porque incluso fui a la Comisión de Derechos Humanos (CEDH) y ahí me dijeron que mejor no me metiera en contra de ellos porque era gente muy poderosa. “Pues entonces cual justicia”.
Don Marcelino reitera “es una situación muy triste, pues incluso actualmente me tienen bloqueado el predial y no me permiten pagarlo, que es contra la ley. Pero eso hacen para apropiarse de algunas propiedades”.
